Estimado lector, entiéndase “pendejada” en la replana coloquial como el acto de un sinvergüenza o de una persona despreciable proclive a la censura del comportamiento moral ideal del ser humano. En nuestro contexto político y social es ya común valorar y enaltecer un acto de “pendejada” la misma que tiene una variabilidad de viveza criolla o astucia habilidosa de quien quiere sacar provecho o ventaja de algo. 

Definido el término “pendejada”, narramos a continuación un hecho mediático poco discutido y razonado por la socialité pensante peruana; se trata de la no menos famosa fotografía publicada en la revista Caretas del 19 de febrero del 2009, un hecho público de operaciones psicosociales idealizadas por el operador Alan Gabriel LUDWIG García Pérez .

Discursivamente la foto presenta a un LUDWIG García acongojado y sereno a la vez, reflexivo y atento, capaz y decidido a escuchar órdenes a heredar liderazgos y consignas ante el lecho de muerte de Víctor Raúl Haya de la Torre quien yace agónico próximo a su muerte. Pero, aquí está el detalle (o los infinitos detalles) que saltan a la luz de lo evidente. LUDWIG NUNCA ESTUVO parado allí junto al viejo líder aprista. Los editores de Caretas dan cuenta sutilmente del posible trucaje de la foto y no dudan en ponerle el “parche” manifestando que fue el parlamentario aprista Bendezú quien certifica la autenticidad de la foto. Caretas literalmente se lava las manos. 

Y vamos por más signos evidentes de trucaje nivel photoshop 3er grado de primaria; veamos esta nueva foto publicada en la web de www.vanguardiaaprista.com , la misma que es de otra fuente del archivo del libro de Bendezú.

Nótese el corte de cabello del mozuelo LUDWIG, al parecer pasó por el estilista de retoques en la revista Caretas, obsérvese también los laterales de su vestimenta y las sombras de su postura; nítidamente y con ojos analógicos uno podría darse cuenta que LUDWIG apareció por arte de magia en la escena lo que garantiza la falsedad de la imagen. 

Ahora bien, la cereza del pastel; observen a continuación la siguiente fotografía, publicada también por la revista Caretas, esta sí real y verídica por sus características iconográficas.

Cuanto difiere con las anteriores, no se percibe un montaje burdo de los personajes en la escena real, las sombras presenciales de la imagen garantizan su autenticidad; la luminosidad y saturación de enfoque están dispersos en la escena y son distintas a las falsas fotos de LUDWIG García; indicios como la ausencia de cortinas y de los dobleces propositivos en la cama del paciente, certifican que existió una clara intensión de trucar imagen y contenido en favor de los intereses del expresidente “encantador de serpientes”. 

Pasa en la vida real, pasa en TNT y pasa en la cabeza de Alán Gabriel LUDWIG García Pérez la insensata “pendejada” de hacernos creer que todos somos iguales a su condición de imbéciles.