HIPÓCRATES NO ES DEL SINDICATO
Hipócrates en Huelga II
"...saludo y admiro a los médicos que sobreponen su vocación profesional y saben anteponerla a la tentación muy humana y corriente del canje del dinero por la vida..."
“Si no puedes hacer el bien, por lo menos no hagas daño”. Tan simple de asimilar una máxima del viejo Hipócrates que supo proponer el basamento racional de la escuela médica, fuente deontológica de muchas profesiones y oficios del servicio a la vida.
Hipócrates, hubiese repudiado el monumento a la avaricia del viejo templo romano, aquel que se erigía con alas a las espaldas, que expresaban la fatiga y la humillación que tiene todo ambicioso por buscar sus fines a costa de sus pares. Hoy en el Perú, la avaricia quizás esté vestida de mandil blanco con estetoscopio en el pecho o de pronto está con pancartas y megáfonos por las calles vociferando y clamando al dios de la injusticia por haberle quitado el pan de la boca o la miel del bolsillo.
Escrito esto; saludo y admiro a los médicos que sobreponen su vocación profesional y saben anteponerla a la tentación muy humana y corriente del canje del dinero por la vida. Una mejora salarial es oportuna y necesaria solo cuando el verdadero propósito no atenta contra lo digno y sabio que es lo justo. La ambición es la hermana mayor mas engreída de la avaricia y suele obnubilar y enceguecer conciencias y comportamientos.
Ayer gracias a la columna publicada en Redacción Mulera titulada Hipócrates en Huelga, recibí cuatro comentarios que provocaron la columna de hoy; una de ellas (si acaso es cierta) vino de la reflexión propia del dirigente médico Jesús Bonilla Yaranga, a los cuatro les responderé con citas del célebre padre de la medicina.
Señor Bonilla, “No daré veneno a nadie aunque me lo pida, ni le sugeriré tal posibilidad”. HIPÓCRATES
Señora Haro, “Ni la sociedad, ni el hombre, ni ninguna otra cosa deben sobrepasar para ser buenos los límites establecidos por la naturaleza”. HIPÓCRATES
Señor Villaverde, “La vida es breve; el arte, largo; la ocasión, fugaz; la experiencia, engañosa; el juicio, difícil”. HIPÓCRATES
Señora Priale, “Las fuerzas naturales que se encuentran dentro de nosotros son las que verdaderamente curan las enfermedades”. HIPÓCRATES